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One Piece vuelve con una nueva entrega de videojuegos que tristemente no está a la altura. No consigue dar el ambiente de One Piece y tampoco el de un videojuegos que se pueda considerar completo.
One Piece es la franquicia de cómics más importante de Japón, más incluso que la legendaria Dragon Ball, al menos en lo que a venta de cómics se refiere. Y a nivel de ventas global ya supera a Batman, a la espera de poder superar a Superman si las ventas no decaen demasiado. Con tal popularidad es normal que lleguen videojuegos para intentar sacar más rendimiento a la franquicia y con ello llegamos a One Piece World Seeker.
Se trata de un intento de dar un mundo abierto al mundo de One Piece, una serie que en el cómic vemos cómo los miembros de la tripulación de los Sombreros de Paja acaban separados de varias formas para después reunirse en el clímax del arco narrativo. En teoría debería servir para poder inspirarse en una historia que cumpla con los mínimos que se le puede pedir a una saga que depende mucho de su carga narrativa.
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El juego nos lleva a Prison Island, una isla tomada por al Marina, donde ejerce una desproporcionada influencia en la población gracias a sus tres prisiones que usa para poner en detención a los criminales que capturan. Luffy y su equipo llegó buscando un tesoro, pero resulta que son rumores creados para tender trampas a los piratas más codiciosos y capturarles. A partir de entonces tendremos que ir recuperando a nuestros amigos y salir adelante.
Realmente la historia en sí no es mala, nos pone dentro de un mundo conocido con algunos cambios para no afectar a la trama original. Sin embargo se nota a la legua que el equipo no sabe construir una narrativa que esté a la altura. Nos iremos encontrando numerosos personajes de la serie que cambian de forma drástica su afiliación sin tener en cuenta su historia anterior. Los nuevos personajes, aunque aportan diseños buenos, no consiguen transmitir una personalidad suficiente para que nos preocupen y muchas veces nos enfrentamos a La Marina en sí sin tener en cuenta lo que hacen los malos principales de historia.
Tampoco ayuda en nada que las misiones sean el esfuerzo más vago que hayamos visto, y eso lo dice alguien que le encanta One Piece Pirate Warriors 3 donde las misiones son simplemente eliminar enemigos. Nos encontramos con numerosos casos donde las misiones son simplemente llegar a un punto y acabar con unos enemigos, muchas veces teniendo que ir a un punto donde habíamos estado hace cinco minutos. En un juego de mundo abierto, un género que pide a gritos una historia sólida, no llegan al mínimo necesario para no sentir que se están burlando de nuestra inteligencia.
El mundo abierto que nos traen es otro de los graves problemas que sufre. Aunque Prison Island es grande y se supone que es una ciudad viva, con su historia y su cultura, está muerta. No hay ninguna actividad ni en las ciudades ni en los campos que nos haga sentir que pasan cosas, no más allá de algún enemigo que quiere luchar o de cosas que recoger en uno de los peores sistemas de recolección de objetos y de lucha que vemos,
¿Esto es One Piece? No, no lo es
El sistema de lucha es lo que acaba por rematar un juego que no merece el nombre de One Piece. Decir que el sistema es simple es quedarse muy corto, pues solamente podemos atacar normalmente, atacar a distancia, saltar, esquivar y bloquear. Y no hay sistema de combos, como mucho ataques especiales que conseguimos cargando una barra de especial.
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Un combate que no llega a nada
El combate en One Piece Wold Seeker llega al punto de ser tedioso a los quince minutos al verse limitado, aún con la posibilidad de desbloquear opciones de movimientos. Esos movimientos no te dan más opciones para luchar, que es lo que hacen otros juegos donde hay diferentes armas con ventajas e inconvenientes, aquí sirven simplemente para hacerlo más corto y hacer fáciles combates que de otra forma serían imposibles, sin darte la opción a explorar todas las capacidades de Luffy.
Podría estar mucho tiempo hablando, pero se resume en que no nos dan unas opciones, solamente hay una y se reduce en golpear hasta tener especial y luego soltar movimientos especiales. Se supone que hay dos estilos de combate, pero no te explican que uno es de combate directo (Haki de Armamento) y otro (Haki de Observación) es el que usas en “sigilo”, muy entrecomillado porque el sistema de sigilo es de lo peor que puede haber al no haber más opciones que andar detrás de un rival y hacer un derribo o entrar en barriles. No sabemos los campos de visión de los rivales y de saberlos da igual porque nos ven desde demasiado lejos sin darnos cuenta de que ahí hay enemigos.
Lo único remotamente bueno que sacamos del juego es el sistema de Karma, donde haciendo misiones variadas se nos dan escenas de ciertos personajes. No es ninguna maravilla y realmente se completan mayormente de forma automática, con lo que tampoco tiene sentido.
One Piece: World Seeker o por qué no seguir esperando nada de juegos de licencias
One Piece World Seeker nos recuerda lo que nunca debimos olvidar: No esperar nada de juegos de franquicias. Normalmente los juegos no llegan a ser buenos, especialmente si son franquicias de manga o anime. Es cierto que a veces se sacan juegos que son divertidos, y a veces son hasta buenos, pero sabiendo el género “Anime Arena” bebe de sistemas de combates simples y poco elaborados, ya deberíamos saberlo.
World Seeker se podría resumir en un proyecto de Unreal Engine de alguien que ha pagado mucho dinero a Eichiiro Oda y a Sueisha. Y lo triste es que no tiene malas bases en sí, pero todas las decisiones nos muestran un juego que no podemos considerar que llegue ni a fase Alfa de no ser por que tiene un apartado gráfico competente y acorde.
