El entrenamiento de Inteligencia Artificial podría contaminar más que la industria automovilística
Debido a que la Inteligencia Artificial tiene muchas ganas de ser la próxima gran revolución, se le está escrutando mucho con qué costes tiene detrás. Las Inteligencias Artificial generativas arrastran tras de sí muchas dudas de si respetan derechos de autor, cosa que algunos modelos están intentando solventar entrenando únicamente con material de dominio público. También ha salido el de su coste energético, que, según denuncia Earth.org; la contaminación de la inteligencia artificial podrían superar varias veces a la de la industria automovilística de Estados Unidos.
Esto sería algo muy parecido al caso de la minería de criptomonedas. Tal fue el temor por su coste que tuvieron que hacerse regulaciones a las criptomonedas basándose en su tipo de minería. Se enfocaban en las Proof of Work, las consideradas más contaminantes. Pero con las Inteligencias Artificiales no parece que va a haber una opción comparable a pasarse a Proof of Stake, con lo que se espera que sea uno de los mayores contaminantes si se populariza.
La Inteligencia Artificial será uno de los mayores contaminantes en el futuro
Según investigadores de OpenAI, desde 2012, la cantidad de potencia informática necesaria para entrenar modelos de IA de vanguardia se ha duplicado cada 3,4 meses. Para 2040, sus emisiones podrían alcanzar el 14% de las emisiones mundiales, la mayoría de esas emisiones proveyendo de la infraestructura de los centros de datos y las redes de comunicación. Investigadores de la Universidad de Massachusetts determinaron que el entrenamiento puede producir casi 284 toneladas dióxido de carbono. Eso sería el equivalente a unos 300 vuelos de ida y vuelta entre Nueva York y San Francisco, y las emisiones durante la vida útil de cinco coches.
También estarían los residuos electrónicos producidos por la tecnología. Estos contienen plomo, mercurio y cadmio, que pueden contaminar el suelo y el agua. Para 2050, se prevé que se hayan generado habrá superado 120 millones de toneladas métricas.
En el caso de los vehículos autónomos, pueden suponer una amenaza para los animales y los entornos naturales. La automatización de los vehículos puede dar lugar a un mayor consumo, y un aumento de los residuos en determinados sectores.
